5 de octubre de 2010

En este asunto del amor, que a veces...

En este asunto del amor, que aveces,
uno quisiera que no acabara nunca de empezar,
parece que alguien dice:
"¿Dios es eternamente joven?"
Es tanta la alegría que uno ignora
catástrofes y duelos.


Ud. dice que si a toda la enorme y tan humana tontería;
solo hay un pensamiento,
solo una idea sola que es multitud,
y uno quisiera leerlo con los ojos cerrados
y no tener noticias de uno mismo,
ni recuerdos de nada ni de nadie;
un ágape de luces a través de de las horas inmortales.


Yo había puesto encima de mi pecho,
un pequeño letrero que decía:
"Cerrado por Demolición".


Y aquí me tiene Ud. pintando las paredes, abriendo las ventanas, adornando la mesa con la flor amarilla con que paga el otoño sus encantos.Nadie te dijo, amor que yo existía.

  

El amor es silvestre,
uno lo encuentra en todas partes,
en los días sin cielo,
en las tierras sin flores,
lo mismo en la mañana que en la tarde.


(Lomas de Chapultepec, 25 de Octubre de 1969)
(Esta barca sin remos es la mía, Carlos Pellicer.)